Parte I: Piel Perfecta
Sigo con el objetivo de empezar la casa por los cimientos…Y por ello en el post de hoy os hablo de los pasos que hay que seguir a la hora de maquillarse, el orden, y la función que tendrá cada producto. Sé que muchas de vosotras lo tenéis claro, pero cada día me encuentro con otras muchas que se pierden, tienen miles de productos en casa y no les sacan partido porque no saben cómo ponerlos. ¡Vamos a ayudarles!
TRATAMIENTO
Primero, y aquí no me extiendo, ya os conté como cuidar la piel diariamente. Para la que no lo haya leído que eche un vistazo aquí. Por lo tanto, con nuestra piel ya limpia, luminosa e hidratada, vamos a maquillarnos.
PIEL
En mi opinión, lo más importante en un maquillaje es trabajar la piel. Independientemente de que te vayas a una boda y necesites el maquillaje de tu vida, o vayas al trabajo y sólo busques lucir buena cara. La piel es lo más importante. Imaginad que vamos a pintar un cuadro, necesitamos un buen lienzo para poner el color encima. No nos valdrá un lienzo roto, agrietado o a manchas ¿verdad? Pues en el maquillaje lo mismo. No me vale un labio rojo o un ahumado sin la piel perfecta, y las que no le deis tanta importancia, probadlo, empezaréis a dársela.
Los pasos que os cuento a continuación son para un maquillaje completo. Por supuesto, en el día a día, se que todas vamos a aceleradas y la idea de tener que utilizar tantos productos os aterra, pero ésto es sólo una guía para un maquillaje bien hecho. Os servirá para cualquier momento en el que tengáis que estar perfectas. Vamos allá.
PRIMER: Los primers, también llamados prebases, o fijadores de maquillaje, son productos para aplicar debajo de la base de maquillaje (el maquillaje en sí). Su función principalmente es fijar o corregir algún problema, tal como el exceso de grasa, el tono irregular de la piel, ya sea por rojeces, tono cetrino… Hay primers de muchos tipos, para cada problema. En el día a día de una piel normal puede que no sean del todo necesarios (si no vas a estar muchas horas maquillada), pero desde luego que a una piel grasa le ayudan mucho controlando el problema, haciendo que el maquillaje aguante mejor todo el día, por ejemplo.
CORRECTOR: La eterna duda es cúando aplicamos el corrector. Si antes o después de la base de maquillaje. Si vamos a utilizarlo para corregir pequeñas manchitas o imperfecciones lo pondremos antes, pero a nivel de ojeras sí que me parece indiferente, es decir, el corrector tiene su sitio, y la base de maquillaje va en el resto del rostro, por tanto creo que da igual el orden en el que los apliques. En mi opinión, cuanto menos se note que llevamos corrector, mejor, y cuanta menos cantidad de éste utilicemos menos marcaremos las líneas del contorno y más natural quedará el maquillaje. (Habrá otro post, espero que con vídeo ya, para explicar su aplicación). Respecto a las texturas, para todos los gustos, buscad la que más fácil y cómoda os parezca, aparte de que cubra al nivel que queráis.
Debo decir que por favor os quitéis de la cabeza la idea de que el corrector cuánto más claro mejor. El Touche Éclat ha hecho mucho daño en este sentido, ya que se ha vendido como corrector cuando realmente es un iluminador (y maravilloso, por cierto). Pensad que una ojera oscura lo que menos necesita es un tono blanquecino para cubrirla, ya que al final se volverá gris y en las fotos conseguís el efecto mapache. Lo ideal es coger el tono más parecido a tu piel. Y siempre probadlo antes de comprarlo.
BASE DE MAQUILLAJE: Es el maquillaje en sí. Ayudará a unificar el tono de nuestra piel, y pese a lo que se ha creído siempre, también la protegerá. A quien os diga que no se maquilla porque ensucia la cara… decidle que eso era hace cien años cuando las fórmulas eran enfocadas para el teatro. Hoy en día mejoran tu piel, la protegen del entorno, y mientras te desmaquilles no serán más que un beneficio para tu piel. (Ojo, que hablo de marcas de media-alta cosmética, con laboratorios fiables que les avalan).
Hay para todas las necesidades, más o menos cubrientes, con factores de protección, libres de aceites… los veremos en un post. Lo único que os pido es que cuando vayáis a elegirla, pidáis que os la prueben. Si no os da pereza perder cinco minutos probando una camiseta de Zara de doce euros, que no os la de probar una base que os va a costar bastante más. Respecto al tono a elegir…a muchas ya os he dado el sermón con ésto, pero por favor intentad elegir el tono más próximo a vuestra piel. No intentéis broncearos con la base, ¡que luego tenemos el efecto máscara del que hemos de huir!
ILUMINADOR: Yo en este punto utilizo como iluminador el corrector del tono más claro que tengo. Me refiero, no hace falta ir corriendo a comprar un iluminador, porque lo que necesitamos es un producto fluido, de poca cobertura, uno o dos tonos por debajo del tono de tu piel. Si es verano, has subido uno o dos tonos y tienes tu base de maquillaje de invierno guardada en el cajón, aprovéchala. La idea es aclarar ciertas zonas del rostro que nos darán un aspecto mas descansado.
Puntos clave son: La zona de la ojera (poca cantidad) hacia la sien, por encima de la parte alta del pómulo, el entrecejo, las aletas de la nariz y rictus (aquí notaréis una diferencia abismal), comisuras de los labios, y en el centro del mentón.
POLVOS PARA FIJAR: Una vez has conseguido la piel perfecta, uniforme, y con la ojera (en caso de que la haya) corregida, es bueno que lo fijes todo para que ese trabajo tan estupendo que has hecho se mantenga el máximo tiempo posible. Para eso están los polvos de acabado, que pueden ser compactos o sueltos, matificantes, hidratantes … Debes elegirlos en base a tu tipo de piel y al efecto que busques. Yo he sido de polvos matificantes toda la vida, y ahora que he probado en mi piel los de acabado transparente y luminoso, estoy totalmente enganchada a ellos. ¡Se acabó el matificar a todas horas!¡Que viva el glow y la luz! De hecho, este tipo de polvos están hechos para las pieles más finas, que huyen de estos productos por la idea de que marcan más las líneas.
Para elegir el tono de este producto te recomiendo que lo cojas lo más parecido a tu base, o traslúcido (es decir, aquí no incluimos los polvos bronceadores), ya que deben ser invisibles, y no alterar el tono del maquillaje elegido. Respecto a texturas, el suelto creo que tiene un acabado más profesional, aunque algo incómodo para llevar encima, ideal para tenerlo en casa y pasar cinco minutos fijando tu maquillaje a conciencia. El compacto para las más apresuradas y para quién quiera llevarlos encima para retocar a lo largo de su día como mujer de mundo.
En este punto, si lo anterior lo habéis hecho bien, tendréis la piel inmaculada, y con cuatro toques de color os veréis radiantes. Vuelvo a repetir, la piel es un 60% del éxito de vuestro maquillaje.
Luchando contra mi tendencia bíblica, creo que es mejor dejarlo aquí, y en el siguiente post explicaré el color. Espero haberos ayudado, sabéis que en la parte inferior del post, en rojo y pequeñito, podéis clickar en comentarios y preguntarme lo que queráis. Suelo responder en el mismo día. y con mucho gusto.
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